Hoy viajando en el metro acostumbrandome a lo que sera el dia a dia, lo que llamamos rutina, vi a dos niños sentados, no se conocian de nada uno de ellos estaba con su madre y otro con su padre. Os aseguro que no eran compañeros de clase ni nada por el estilo, pero uno se comia sus galletas oreo y el otro le miraba con ganas de querer una. Un adulto teniendo hambre seguramente no iria a pedirle una galleta y se lo que estais pensando, si ese niño con ganas de galletas se levanto se puso delante de la madre que tenia el paquete de galletas, y le dijo: ¿Perdona me da una galleta?, alucine yo y mi acompañante de mi lado con una cierta edad ya. No pense primero que se atreveria, sera por mi mentalidad de adulto, y segundo que fuese tan educado. Se que os lo estais preguntando y si la madre le dio su galleta de oreo a ese niño desconocido, mas tarde el niño hambriento y con ganas de galletas dio las gracias y ofrecio lo que el tenia, que eran panchitos pero debe ser que al otro niño le seguian gustando el paquete que su madre tenia de sus galletas de oreo.
Por eso digo: Los niños hacen lo que los adultos no son capaces.
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